El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha hecho una oferta significativa durante su reciente visita a Mauritania. En su propuesta, Sánchez se comprometió a regularizar la situación de 250.000 inmigrantes ilegales que se encuentran actualmente en territorio español. Esta medida se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para abordar la crisis migratoria que afecta a España, especialmente en las regiones de las Islas Canarias y Ceuta.
La visita a Mauritania es la segunda que Sánchez realiza en un periodo de seis meses, lo que subraya la importancia estratégica de este país en la lucha contra la inmigración irregular. Esta visita también sigue al liderazgo de España en un programa de la Oficina de Naciones Unidas contra el Terrorismo, lo que refuerza su compromiso con la seguridad y la cooperación internacional.
El contexto de esta visita no es casual. La crisis migratoria ha alcanzado niveles alarmantes, con un flujo constante de personas que arriesgan sus vidas para llegar a suelo español. Frente a esta situación, Sánchez propone un enfoque a medio y largo plazo basado en la «migración circular». Este concepto implica la formación de migrantes en sus países de origen, de manera que su llegada a España se realice de manera regular y en condiciones seguras.
Para apoyar esta iniciativa, Sánchez ha ofrecido la creación de 250.000 empleos en España destinados a migrantes, con el objetivo de frenar el flujo de inmigración irregular y promover una migración controlada y beneficiosa tanto para España como para los países de origen de los migrantes.
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