Los asesores de campaña de Kamala Harris reconocen que la candidatura demócrata estaba condenada al fracaso porque las encuestas internas de la campaña de Kamala nunca la situaron por delante de Trump.
En Estados Unidos se empiezan a conocer nuevos datos de cómo se desarrolló la campaña electoral.
David Plouffe, asesor principal de la campaña de Kamala Harris, ha explicado en un podcast en compañía de otros miembros de su equipo cómo trabajaron esos días.
Y ellos mismos reconocen que se sorprendían cuando las encuestas públicas hablaban de un empate técnico, porque esos datos ellos nunca los manejaron.
Añaden que los sondeos publicados en septiembre y octubre les mostraban con una ventaja que nunca habíamos visto.
Harris reconoció públicamente su derrota, alentando a sus seguidores a «no perder la esperanza». No obstante, un análisis detallado sobre los errores cometidos y las oportunidades perdidas tomará tiempo, mientras el Partido Demócrata enfrenta cuestionamientos internos y reflexiona sobre su futuro.
El equipo de campaña de Harris permaneció en silencio durante las horas posteriores a los resultados, aunque algunos de sus colaboradores expresaron su sorpresa y tristeza ante un desenlace menos competitivo de lo esperado. Jen O’Malley Dillon, su jefa de campaña, resumió el sentir en un correo dirigido a su personal: «Perder es un dolor indescriptible. Es difícil. Necesitaremos tiempo para asimilarlo».
Como vicepresidenta en funciones, Harris no logró distanciarse de la baja popularidad del presidente Biden ni convencer a los votantes de que podía representar el cambio que esperaban, especialmente en un contexto de creciente preocupación por la situación económica.