Isabel García, directora del Instituto de la Mujer, ha sido cesada por el Gobierno. La noticia se conoce ya tras desvelarse que decenas de ayuntamientos socialistas adjudicaron a dedo a su empresa y a la de su pareja la gestión de los puntos violeta. Este escándalo ha levantado una gran polémica en el ámbito político y social.
El montante de los contratos habría ascendido a 250.000 euros. Algunos de estos contratos se suscribieron cuando García ya ostentaba la dirección del Instituto. Esta situación ha generado numerosas críticas y cuestionamientos sobre la transparencia y la ética en la adjudicación de contratos públicos.
La sustituta en el cargo como directora de la Mujer será Cristina Hernández, columnista de El Diario.es. Hernández asumirá el cargo en un momento de gran controversia y con la responsabilidad de restaurar la confianza en el Instituto de la Mujer. La gestión de García ha estado marcada por este escándalo, a pesar de su breve permanencia de solo siete meses en el cargo.
Se da la circunstancia de que esta destitución fue comunicada por la Ministra de Igualdad la pasada semana. Sin embargo, Moncloa retrasó la destitución en Igualdad para desviar el foco del ‘caso Begoña’, según publica The Objective. Este retraso ha sido interpretado por algunos como una maniobra política para minimizar el impacto mediático de ambos casos.
El caso ha tenido un fuerte eco en los medios de comunicación y ha sido objeto de debate en redes sociales. Muchos ciudadanos expresan su indignación y piden una mayor vigilancia sobre el uso de fondos públicos.
El desafío de Cristina Hernández
Cristina Hernández, quien pronto tomará las riendas del Instituto de la Mujer, tiene un desafío importante por delante. No solo deberá gestionar las políticas de igualdad, sino también lidiar con las repercusiones de este escándalo. Su nombramiento ha sido recibido con expectativas y cierta esperanza de un cambio positivo.