Consecuencias del gran apagón.

El gran apagón eléctrico provocó una grave crisis para pacientes dependientes de oxigenadores, con al menos una persona fallecida en Madrid por este motivo. 

Una sala especial en las urgencias del Hospital de La Paz colapsó con más de 20 pacientes, obligando a habilitar el gimnasio que se usó durante la pandemia. 

Los afectados llegaban por diversos medios: a pie, en taxi, coches particulares o vehículos policiales, mientras las residencias de mayores se convertían en puntos críticos.

Los casos más graves fueron personas mayores en pisos altos que no podían ser evacuadas. 

Así mismo, el corte eléctrico paralizó servicios esenciales en todo el país: cocinas, hornos y microondas quedaron inutilizables, y se reportaron inundaciones en zonas rurales por el fallo de bombas de agua. 

Las comunicaciones se vieron gravemente afectadas con la caída de redes móviles e internet, mientras los comercios solo podían aceptar efectivo por la inutilización de terminales de pago. 

El transporte colapsó completamente: metros y trenes detenidos, semáforos apagados generando atascos, y retrasos en aeropuertos que debieron recurrir a generadores de emergencia.

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