El Gobierno de Pedro Sánchez se ha visto obligado a retirar su propuesta para que el catalán, el euskera y el gallego sean lenguas oficiales de la Unión Europea, ante la falta de consenso entre los Estados miembros.
Varias delegaciones consideraron que el debate es aún «prematuro» y señalaron «serias dudas» legales, económicas y prácticas.
Fuentes diplomáticas indican que la decisión se tomó tras las advertencias de los servicios jurídicos, que dudan de que la medida pueda aplicarse sin reformar los Tratados europeos. Austria y Hungría expresaron sus objeciones, siendo clave la negativa del Gobierno de Viktor Orbán. También Países Bajos, Italia y República Checa se mostraron en contra.
Además, el ministro finlandés Joakim Strand pidió no precipitarse y tratar el asunto con «seriedad», al considerar que aún no está «maduro».
Por su parte, el PSOE ha respondido a través de la ministra portavoz, Pilar Alegría atacando al PP y a su líder Alberto Núñez Feijóo.