Bruselas presentará en dos semanas un plan para poner fin a las importaciones de gas y petróleo ruso.
Se trata de una «hoja de ruta» con medidas concretas para eliminar por completo la dependencia de los combustibles fósiles de Rusia, según ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, desde Londres, donde ha participado en una cumbre sobre seguridad energética.
«Debemos dejar de depender de una potencia hostil para cubrir nuestras necesidades energéticas», ha subrayado la líder comunitaria. Con esta iniciativa, Von der Leyen acelera un compromiso que prometió poner en marcha en los primeros 100 días de su segundo mandato, aunque finalmente se presenta con retraso.
Eso sí, el abandono del gas y el petróleo ruso no será inmediato. El comisario europeo de Energía y Vivienda, Dan Jorgensen, ha recordado que el objetivo es lograr esta independencia energética para 2027. Ya en marzo, Jorgensen admitió que las compras actuales de energía a Rusia «contribuyen indirectamente a financiar la maquinaria de guerra de Putin». Solo las importaciones de gas, según sus cálculos, equivalen al coste de adquisición de 2.400 cazas F-35.
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