Declarada emergencia de interés nacional por el apagón

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha declarado este lunes la emergencia de interés nacional en Andalucía, Extremadura, Murcia, La Rioja y Madrid tras un apagón eléctrico de magnitud «excepcional y extraordinaria» que ha afectado a toda la Península Ibérica, salvo Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla. 

La decisión había sido solicitada por las comunidades afectadas, ya que el ministro tenía la dirección y coordinación de las actuaciones y recursos de los distintos niveles de la administración. 

Grande-Marlaska presidió un comité de coordinación extraordinario tras participar en dos reuniones del Consejo de Seguridad Nacional. 

Como saben, el corte eléctrico, de origen aún indeterminado, ha paralizado infraestructuras críticas en España, Portugal y parte de Francia. 

La recuperación del suministro se prevé progresiva. Aragón, Castilla y León y la Comunidad Valenciana también han activado el nivel operativo 2 de sus planes de emergencia y han solicitado la intervención de la UME.

Gente acaparando víveres por el gran apagón

El caos se vivió ayer en los establecimientos comerciales en los que volvió a utilizarse el efectivo como única vía válida. 

Las transacciones con tarjeta de crédito quedaron anuladas al fallar los sistemas de telecomunicación, lo que afectó también a taxis y a los vehículos de transporte con conductor.

Y en cuanto a los suministros, lo más buscado eran las linternas, las pilas y la radio que era el único medio de comunicación que estaba funcionando, y no en todas las emisoras. De hecho, en nuestro propio medio estamos aún experimentando problemas técnicos con la emisión a través de Televisión, por lo que les pedimos disculpas.

En los establecimientos que sí estaban abiertos, se repitieron las colas y escenas que recordaban a la terrible pandemia. Entre los víveres que cogían, alimentos de primera necesidad, agua mineral en localidades de costa, y el cotizado papel higiénico.

Muchos establecimientos de hostelería vendieron a precio de saldo sus productos, ante la incertidumbre de que se echaran a perder, y algunos pudieron aprovechar la oportunidad para tener comida para pasar la noche.