El Gobierno de Pedro Sánchez ha introducido una medida controvertida en la nueva ley de paridad: la eliminación del veto del Senado al techo de gasto. Esta inclusión ha generado críticas porque no guarda relación con la normativa de paridad y ha sido vista como una maniobra para evitar el escrutinio y la oposición de otros grupos parlamentarios.
La práctica de incluir medidas no relacionadas en leyes más amplias permite la aprobación de disposiciones que de otro modo podrían enfrentar una fuerte resistencia. En este caso, el gobierno incluyó la medida de manera discreta para evitar alarmar a los grupos parlamentarios y asegurar su aprobación mediante el arrastre de la ley principal.
La Comisión de Igualdad del Congreso discutió el informe de la ponencia sobre la ley de paridad, encontrando oposición únicamente en los partidos PP y Vox. A pesar de este rechazo, la propuesta obtuvo el respaldo del resto de los grupos, lo que permitió su avance legislativo.
El cambio propuesto en la ley de paridad el Gobierno de Pedro Sánchez busca eliminar la capacidad del Senado de vetar el techo de gasto. Esto es particularmente relevante, ya que en marzo pasado, el Senado bloqueó el techo de gasto, generando un importante obstáculo para las políticas fiscales del Gobierno. Con esta modificación, el Ejecutivo pretende evitar que situaciones similares se repitan en el futuro, facilitando la implementación de su agenda económica.
La eliminación del veto del Senado es una medida de gran alcance que podría alterar significativamente el equilibrio de poderes y la dinámica parlamentaria en España. Los críticos argumentan que el Congreso debería discutir este tipo de modificaciones de manera transparente y separada de otras leyes, para garantizar un debate adecuado y evitar la aprobación encubierta de medidas controvertidas.