Marruecos ha intensificado sus esfuerzos para albergar la final del Mundial de 2030, lanzando una ambiciosa campaña mediática. El torneo se celebrará en varias sedes, distribuidas principalmente entre Portugal, España y Marruecos. Sin embargo, la atención se ha centrado en la ubicación de la final, un tema que ha generado debate y expectativa.
En un principio, se esperaba que España fuera la sede elegida para la final, respaldada por su mayor número de sedes y una rica tradición futbolística. Sin embargo, el régimen de Mohamed VI ha puesto en marcha una estrategia para cambiar el rumbo. Desde hace meses, Marruecos ha trabajado incansablemente para que la final se juegue en Casablanca. La ciudad marroquí aspira a albergar este evento en un estadio que, según las proyecciones, podría convertirse en el más grande del mundo.
La campaña mediática no se ha limitado a Marruecos. Medios de comunicación globales han comenzado a difundir titulares que elogian las virtudes de este nuevo estadio. Algunos de estos medios, incluso en España, han resaltado las ventajas que presenta Casablanca como sede de la final. El objetivo de estas publicaciones es claro: convencer a la FIFA de que Marruecos representa la mejor opción para la final del Mundial de 2030.
Ayer, varios medios publicaron titulares impactantes. Entre ellos, destacaron frases como «Marruecos prepara una gran sorpresa para acoger la final del Mundial de 2030 en lugar de España y Portugal» y «Marruecos amenaza el Bernabéu con el estadio más grande del mundo». Estas afirmaciones han generado revuelo, especialmente en España.
En el país ibérico, portales deportivos como AS, Mundo Deportivo y Relevo también han dado cobertura a esta narrativa promovida desde Rabat. Estos medios han subrayado la confianza que Marruecos tiene en conseguir su objetivo: quitarle la final a España. Marruecos se muestra decidido a albergar el evento deportivo más importante del mundo en 2030, y no escatimará esfuerzos para lograrlo.