El secretario de Estado, Marcos Rubio confirmó que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional dejará de gestionar la asistencia exterior.
En su lugar, esos fondos e iniciativas serán administrados directamente desde el Departamento de Estado, bajo criterios de “mayor responsabilidad, estrategia y eficiencia”.
Rubio criticó que USAID se había convertido en un “complejo industrial de ONG” y que sus programas no alineaban los intereses de EE. UU. con resultados eficaces. Según él, había gastado más de 715.000 millones de dólares por inflación en décadas, sin pruebas claras de alcanzar los objetivos propuestos.
El anuncio se produce tras una revisión que canceló alrededor del 83 % de los programas de USAID y absorbió los restantes. Críticos, incluidos ex presidentes y ONG, advierten que la medida podría provocar millones de muertes adicionales, especialmente entre niños, y revertir décadas de progreso en salud y desarrollo global.