La constante llegada de inmigrantes ilegales al aeropuerto de Barajas ha obligado a AENA a habilitar nuevas salas para evitar que cientos de personas queden varadas en las zonas de tránsito.
Fuentes policiales consultadas por LA GACETA describen la situación como «insoportable» debido a la entrada incontrolada de vuelos procedentes de Marruecos, Turquía y Mauritania. Los agentes señalan que «la aerolínea Royal Air Maroc es la que más problemas está generando» ya que, según afirman, cuando los pasajeros embarcan en ciudades como Casablanca «nadie les exige ningún tipo de visado».
La Policía Nacional explica que la mayoría de los vuelos operados por la aerolínea marroquí tienen como destino principal El Salvador, y en algunos casos, Nicaragua. Estos vuelos, que parten principalmente desde Casablanca o Dakar, interrumpen su trayecto en España, donde los pasajeros solicitan asilo. Desde AENA afirman que «nunca se había llegado a una situación así». Fuentes de la empresa pública indican que, al llegar a Madrid-Barajas, los inmigrantes «destruyen o se deshacen de sus pasaportes en los baños y solicitan asilo».
Mientras se procesan estas solicitudes y son atendidos por la Policía Nacional, los inmigrantes ilegales permanecen en el aeropuerto, donde en muchas ocasiones se generan numerosos conflictos. AENA y las autoridades continúan buscando soluciones para gestionar este flujo de inmigrantes y garantizar la seguridad y el orden en el aeropuerto.