Un atentado suicida perpetrado por un miembro del Estado Islámico en la Iglesia de San Elías, ubicada en el barrio de Duweila en Damasco, Siria, ha dejado al menos 22 muertos y 63 heridos.
El ataque ocurrió durante la misa dominical, cuando el templo estaba lleno de fieles de la rama ortodoxa griega del cristianismo. El atacante abrió fuego contra los asistentes antes de detonar un chaleco explosivo, según el Ministerio de Interior sirio.
Este es el primer ataque de gran envergadura del grupo yihadista en la capital siria desde la caída del régimen de Bachar al Asad en diciembre. Aunque la actividad del Estado Islámico había disminuido, se ha observado un resurgimiento reciente, con varios ataques en el último mes, algunos fuera de su zona habitual en el noreste sirio.
Las autoridades sirias han acordonado la zona y han iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias del ataque. La Gobernación de Damasco ha condenado enérgicamente el atentado, calificándolo de «cobarde». Representantes internacionales, como el embajador de Estados Unidos en Siria y el enviado especial de la ONU, Geir Pedersen, han expresado sus condolencias y han pedido una investigación completa.